El internet según Elisa Tokeshi
Una conversación con la cantautora limeña sobre Habbo Hotel, tuits virales y dibujitos
Mi internet no es el tuyo, ni el tuyo es el de tus padres, ni el de tus padres es el de tu sobrino gen alfa. Cada quien alberga sus propias costumbres, experiencias y vicios en línea. Inspirada en "My Internet" de Embedded, "El internet según" es una sección de este newsletter que busca habitar por un rato el internet de diferentes personas. Y el próximo puedes ser tú 🫵.
Sé más cosas de la vida personal de Elisa Tokeshi de las que sé de algunos amigos que considero cercanos.
El carácter confesional de su música se extiende también al contenido que postea en sus redes sociales, en las que ha hablado abiertamente acerca de su sobriedad, el progreso de su salud mental y su experiencia con los trastornos de la conducta alimentaria.
Y, recientemente, también aprendí que es capaz de desatar una guerra civil en Twitter tan solo subiendo una foto en el micro.
Sobre eso y más conversamos en esta entrevista.
¿Recuerdas tu primer contacto con el internet?
Puede ser en el 2009, cuando me creé Facebook. Entraba a jugar Pet Society. Tenía 10 años y me pusieron un límite de una hora para usar internet.
¿Todavía entras a Facebook?
Casi nada. Lo he configurado para que todo lo que postee en Instagram se postee ahí. Pero mi generación ya no lo utiliza tanto. Allí mis publicaciones tienen, no sé, un like.
¿Hay algún otro perfil que tengas abandonado?
Puede ser el de Habbo Hotel. Jugaba todas las tardes y las noches con mi mejor amiga y un amigo del colegio. Mi usuario era JavitoCool. Esa cuenta debe estar abandonada desde hace 12 años.
Yo entraba a Habbo cuando tenía 13, hace 20 años, y recuerdo haber interactuado con gente bastante mayor que yo.
Yo conocí gente, pero en la actualidad no mantengo ningún amigo que hice en Habbo. Pero me parece paltaza que yo hasta tenía novio en Habbo y no sé si era una persona de 30 que estaba hablando con una niña de 10.
¿Luego te interesó conocer personas a través de internet?
Sí, sobre todo gente que no fuera de mi colegio. Nunca me volví amiga de extranjeros, como mi hermana, que tiene un montón de amigos de otros países que conoció jugando Minecraft. La gente que conocí era de Lima, como Fabricio Robles, que también es músico, o Valeria Román, que es poeta. Es gente que hasta el día de hoy veo y hace cosas parecidas a las que yo hago. Eso me parece locazo porque nos conocimos teniendo 14, siendo unos chibolos pavos, hipsters, y ahora nos dedicamos a lo que queríamos.
¿Cómo los conociste?
Conocí a Fabricio y Valeria en Ask.fm. Ahí conocí a un montón de gente.
Hasta donde recuerdo, era una plataforma de preguntas anónimas. ¿Cómo conocías gente por ahí?
Es que recuerdo que yo veía respuestas de algunas personas y decía "asu, qué chéveres estos huevones". Entonces, les preguntaba "¿conoces a Elisa Tokeshi?", y si decían "sí, sí la saco" ya les escribía "¡hola! ¡soy yo!". Me encantaba esa red social.
¿Fue importante el internet en tu formación musical?
De hecho. Un montón de proyectos los descubrí por internet. Yo no soy muy habilidosa en el tema de bajarme torrents y esas cosas, soy una pava en ese sentido. Toda la música que tenía en el iPod era de mi papá, pero sí me gustaba entrar a YouTube a ver miles de videoclips de artistas distintos. Cuando encontraba algo que me gustaba mucho decía "ay, ojalá tuviera esta canción en el iPod para poder escucharla".
Lástima que no existe ninguna forma de hacerlo...
Es que mi mamá me traumó con que si intentaba bajar cosas le iba a entrar virus a la computadora. Hasta el día de hoy cuando quiero ver películas que no están en las plataformas de streaming, no puedo.
¿Cómo usaste el internet para mostrar tu música?
La primera vez que difundí algo que hice fue a través de Soundcloud. Allí encontré un nicho de gente que, al igual que yo, estaba súper deprimida y también hacía música triste. Subía canciones bajo el nombre de Julieta Azul. Así subí mi primer EP, Artificial, y le fue súper, hizo muy buenos números. Un montón de gente que me escucha hoy en día me sigue desde esa época y ha podido ver cómo he evolucionado.
Tú sueles lanzar muchos singles, que en la era de la distribución digital se ha vuelto la norma, quitándole un poco de peso a los álbumes. ¿Te sientes cómoda así o preferirías un ciclo de promoción más tradicional?
Siempre se ha hecho así, solo que ahora la promoción del single es un poco más fuerte. En general, todo el tema de la promoción me parece un poco agotador. A veces se siente como tirar varias piedras que no van a ningún sitio. De todos modos, siempre generas alguna interacción que hace que valga la pena.
Hace poco leía a una colega que decía que en las industrias creativas, uno, además de hacer su chamba, está un poco obligado a convertirse de alguna forma u otra en un creador de contenido para promocionar su trabajo. ¿Tú te sientes forzada a crear contenido?
No, a mí me encanta. Es como una adicción. Me encanta subir historias e interactuar con la gente que me sigue. Me siento súper cómoda haciendo videos en los que hablo de de mi vida. Me siento forzada cuando tengo que hacer publicidad. A nadie le gusta sentir que lo están persuadiendo para consumir algo o ir a un lugar. La sensación de que yo estoy haciendo eso me incomoda. Entre menos te importa, mejor sale, porque estás más relajada, pero hay momentos como este en el que voy a hacer un concierto y sacar un EP y necesito que la gente vea lo que estoy haciendo. Es como "¡por favor! ¡escucha mi canción!". Sentir que mi trabajo no está recibiendo la atención que quisiera puede ser un poco frustrante.
Tú hablas muy abiertamente de tu salud mental y tus experiencias, por ejemplo, con los TCA y las autolesiones. Por lo que me dices, entiendo que eso te resulta más cómodo que promocionar tu música.
Ajá. Siento que a la gente se le hace mucho más fácil conectar con eso que con la música de alguien que de repente no conocen.
Tú compones tus canciones y te presentas bajo tu propio nombre. Solo eso ya supone exponer cierta vulnerabilidad. ¿No te resulta abrumador sumarle a eso compartir episodios dolorosos de tu vida?
Ser un libro abierto en internet nunca ha sido un problema para mí. Siempre ha sido consecuencia de un impulso muy genuino de querer compartir, conectar y, si es posible, ayudar. Creo que sirve para que la gente no se sienta tan sola. De chibola, cuando pasaba por todo eso, me sentía un poco perdida. Me hubiese gustado tener una persona que, a pesar de todas sus imperfecciones, haya pasado por lo mismo que yo y haya terminado bien.
En la década pasada empezaron a aparecer más espacios proanorexia y probulimia donde se formaban comunidades que alentaban esos comportamientos. ¿Alguna vez llegaste a estos lugares?
Totalmente. Tumblr tenía esta relación tóxica no solo con los TCA, sino con la autolesión y la romantización de la depresión. Ahora también encuentras eso en otras páginas. En Twitter he visto cosas terribles. Sin embargo, hoy sí hay mucha gente que está dispuesta a combatirlo. En el 2014 o 2015, nadie te decía que esas páginas en Tumblr eran satanás. Me parece cool que ahora existe más vergüenza de romantizar estos temas.
Hablando de Twitter, allí acaba de ocurrir un hito importante en tu mitología online. Te hiciste viral. ¿Qué pasó?
En mi clase de manejo cerré a un micro y me sentí Meteoro. Me sentí realizada, así que cuando estaba en el bus me dieron ganas de tomarme una foto, aunque no me sentía particularmente guapa. Yo subo fotos todos los días y tengo una relación chévere con la gente que las comenta. Para ser Twitter, tengo una recepción muy positiva. Pero ya estaba muy bueno para ser verdad. Subí esta foto y escribí "solo una chica linda en el transporte público", haciendo referencia a ese concepto que se popularizó en el 2023 de "solo soy una chica".
De pronto, empecé a recibir comentarios en los que preguntaban dónde estaba la chica linda, me ponían 3/10 de puntaje y algunas chicas me empezaron a decir "pick-me". Subí la foto más inofensiva del planeta y empecé a recibir un montón de odio. No entendía por qué a los hombres les jode tanto que una mujer se sienta linda. Luego, llegaron todas las princesas de internet a defenderme y empezaron a pelearse con esas personas en los comentarios. Allí ya se armó el circo. Una vez que se arma un debate en Twitter la gente solo pelea y deja de importar el tema por el que estaban discutiendo inicialmente. Es la red social de la gente que se quiere pelear.
Efectivamente, es Twitter.
Al principio, yo no hacía nada. Me empezaron a llegar miles de notificaciones. Hay un pata que escribió que me ponía 7 de 10 como puntaje, y, para su mala suerte, tenía su cara en su foto de perfil, así que todo el mundo empezó a atacarlo, a decirle feo, y él respondía a esos comentarios. En general, toda la situación fue un poco agridulce porque sí leí comentarios dolorosos. Yo suelo tener bastante tolerancia al hate en redes sociales, pero me sorprendía que muchos comentarios buscaran deliberadamente hacerme daño. Había gente que me stalkeaba y me mencionaba cosas relacionadas a mi proceso de recuperación, a mi historia con las autolesiones. Eventualmente, llegaron muchos más comentarios positivos de chicos y chicas y me di cuenta de que la mayoría de gente es chévere. En Twitter no solo están los enfermos que comentan cosas horribles.
Igual es cierto que, sin importar el bando, en Twitter prima esta cultura de la hostilidad, de quedar como el más bacán a través de hacer quedar mal a otra persona.
Sí, y yo ya lo tenía demasiado normalizado. En mi página de inicio lo veo a cada rato, la gente cita tuits y se burla de lo que sea. Es bullying. Qué horrible. Es genial cuando entras a Twitter y ves los tuits que salen personalizados para ti, y es tu humor, y te cagas de risa, pero cuando tú eres el punto es como... puta madre, ¿por qué pasa esto?
¿Estás familiarizada con el concepto de "dibujito"?
¿Dibujito?
Sí, es como se les llama a estas personas que se sienten empoderadas a comentar lo que sea porque no utilizan su identidad real y se presentan como, no sé, Piolín Grone, y su foto es un Piolín con camiseta de Alianza. En toda esta situación te vi respondiéndole a cuentas de ese tipo. ¿Lo hacías por chongo o realmente querías entablar un diálogo con ellos?
Ah, claro. Al comienzo sí me divirtió un poco contestarles, pero con todos los comentarios que empezaron a llegar ya me pareció too much. Me daba risa que casi todas las cuentas de hombres que comentaban cosas feas tenían huevadas de fútbol en su perfil, aunque, por alguna razón, la gente de Alianza me quiere mucho en Twitter. Y la gente que me defendía tenía fotos de animes. Me pareció curiosa esa diferencia.
¿Usas TikTok?
Sí, me encanta. No soy tan constante como en Instagram, pero he tenido un par de videos a los que les ha ido muy bien. Hay seguidores que me comentan seguido. Allí es importante construir comunidad posteando todo el tiempo, que la gente se acostumbre a ti. Eso también te vuelve un poco esclavo de la plataforma. A veces no me da la energía de grabar todo lo que hago. Por ejemplo, funcionan muy bien los "get ready with me", pero para mí el momento de arreglarme es glorioso, es un ritual privado, no siempre quiero sactificar ese momento.
Cuando he conversado con otros creadores, me comentan que inevitablemente su cerebro se envenena del síndrome del creador, y ante cada cosa que hacen les viene el pensamiento de cómo convertirlo en contenido. ¿Te pasa?
Todavía no me pasa, pero sí he pensado que necesito desarrollar el hábito de grabar absolutamente todo. En Instagram me siento cómoda, pero en TikTok todavía no tengo muy claro cómo me tengo que mostrar. Porque, por más que sea muy transparente y diga cosas muy personales, siempre hay una suerte de estrategia. No voy a fingir, ni ser una persona que no soy, pero sí existe una suerte de curaduría de mi personalidad, algo así.
Si entraras a TikTok en este momento, ¿qué videos te saldrían?
Mi hermana dice que estoy loca por hacer eso, pero yo casi no veo mi pestaña de For You, sino mis seguidos. Sigo un montón de gente que habla de su día a día, analizan música o cuentan acerca de su viaje por la sobriedad o la salud mental. Todo lo contrario al TikTok de Rodrigo, mi enamorado, que solo muestra videos de menos de 30 segundos que son cague de risa. No aguanta cuando vemos mi TikTok y son videos largazos que empiezan con "hola, les vengo a contar mi experiencia con...".
¿Qué lugar de internet sientes como tuyo?
Pinterest, aunque ahora hay demasiada publicidad y la gente ya no lo usa tanto. Igual entro cuando tengo que hacer hora. Tengo un tablero que se llama elisatokeshicore, que está lleno de imágenes que relaciono con la estética de mi proyecto. Es mi lugar seguro. Lo veo mientras veo videos en YouTube de asesinos en serie, encuentros aterradores con extraños o historias paranormales. Soy adicta a esos videos.
Duende 100 % real...
Tal vez he buscado eso cuando era chibola. De todas maneras he buscado "fantasma 100 % real video". Ahora consumo muchas historias creepy sobre la deep web o cosas así. Hay un video que es "una hora de historias aterradoras de la deep web". Mientras veo Pinterest escucho esas cosas horribles.
Elisa Tokeshi lanzará Mi peor accidente, su nuevo EP, este 21 de febrero. Y lo presentará el día anterior en La Noche de Barranco. Más información en su Instagram.
🎶 Puedes escuchar EX, un adelanto de este lanzamiento, aquí.
Lee ediciones anteriores de “el internet según”:
El internet según el “Che” Benincasa.
El internet según El Buen Librero.
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