Para una buena porción de mi generación, Facebook se ha convertido en el lugar al que vas a comprar lo que definitivamente no necesitas, donde interactúas con miembros de las comunidades de hipernicho de las que aún formas parte y donde doblechequeas si el cumpleaños de tu amigo es efectivamente mañana. Y poco más.
Pero Facebook no quiere que olvides que hubo un pasado en el que tu vida social digital ocurría en sus confines. Lo llama Recuerdos, una función de la plataforma que te muestra publicaciones que ocurrieron un día como hoy, y que puedes configurar para que evite invocar fechas dolorosas y personas indeseables.
Disfruto toparme de vez en cuando con mi efemérides personal, pero lo que más me llama la atención es comprobar que ciertos tipos de interacción han ido desapareciendo.
A finales de la primera década del milenio, entrando a los años 10, empezábamos a salir cada vez más del enclave de los foros o de MSN Messenger —que dejaría de operar en el 2012— para dirigirnos hacia el internet social, orientado al descubrimiento y despojado de la cierta anonimidad que daban los nicknames y correos en hotmail.
Pero en nuestras maletas aún guardábamos dinámicas del internet que quedaba atrás. Y esto se refleja en mucho de lo que aparece en Recuerdos: mensajes que solo mentes de esa época de transición considerarían pertinentes de ser publicados en el muro de un amigo, donde, a causa de las configuraciones de privacidad laxas de por entonces, también podían ser leídos por otros amigos, amigos de amigos y desconocidos.
Mi generación ya había experimentado con los mensajes públicos a través de los “testimoniales” de Hi5 y los comentarios en Fotolog. Había un deseo, más o menos consciente, de que el vínculo con la persona con la que interactuabas fuera percibido de cierto modo. De allí la performatividad de ciertas publicaciones.
Había una noción, creo que aún no tan interiorizada, de que estas conversaciones ocurrían ante una audiencia. Este tipo de interacciones aún ocurren en Instagram y X, donde hay un deseo más explícito de ser percibido como gracioso, de anunciar nuestros estados de ánimo y de hacer llegar a más gente el chisme del profesor Rudy y la tutora.
Sin embargo, también me he topado con esto:
Mensajes directos, sencillos, que hoy solo se mandarían a través de Whatsapp u otro servicio de mensajería.
Que nos hayamos comunicado así no solo se debe a un proceso de redefinición de límites de lo privado y lo público, sino a las propias limitaciones de las plataformas y la tecnología: la adopción de los smartphones y, con ellos, Whatsapp, recién había empezado a escalar.
Estos recuerdos son portales a un mundo en el que aún no estábamos permanentemente en línea. Todavía había que prender la compu y conectarse para chatear.
Nuestros muros y sus equivalentes fueron un ensayo de la versión siempre presente, siempre accesible, de nuestra persona digital.
¿Qué interacciones han visto en sus recuerdos de Facebook que no puedan creer hayan sido visibles para toda su red? Comenten si tienen alguna memorable.
Reseñas
💿 Los Campesinos! - All Hell (2024)
Hace unos días, cuando una amiga terminó de cantar en el box apenas insonorizado de un karaoke, pude escuchar lo que gritaban los treintañeros en la caja de triplay contigua: que aquí todo está peor, que al igual que ella mi voluntad también murió. Era Los malaventurados no lloran de PXNDX. El emo dosmilero es parte innegable del panteón de la nostalgia millennial. Pero para algunas personas la sensibilidad exaltada y el halo pesimista de aquella subcultura no son anécdotas adolescentes, sino un modo de percibir el mundo que llevaron hasta la adultez. Una de esas personas es Gareth Paisey, compositor y líder de Los Campesinos!. La banda galesa irrumpió en la escena indie pop de inicios del siglo compartiendo mucha de su estética naíf, pero con un discurso más emotivo y políticamente consciente, además de contar con una energía más rockera. De allí que adoptaran —medio en broma, medio en serio— la etiqueta de “tweecore”. All Hell es la culminación de un proceso de veinte años en los que la banda ha ido adentrándose progresivamente en esas primeras inclinaciones. Es un álbum que presenta su interpretación de ser emo a los treintaymuchos: no se llora solo por el crush que nos ignora, sino por la incertidumbre política, los fracasos personales que se sienten irremediables y, por supuesto, por fútbol. El fútbol te vuelve emo.
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Lo escuchas aquí.
🍫 Chocolate Trento
En una fecha indeterminada dentro de estos últimos dos años, ocurrió un milagro en algunas bodegas y tiendas de conveniencia de Lima: apareció un chocolate que sabía a chocolate y estaba menos de S/ 2.50 (lo he conseguido hasta en S/ 1.70 en algún día de suerte). Se llama Trento y vino desde Brasil para dejar mal a los dulces con sabor a chocolate peruanos. Según este artículo del Folha de São Paulo, fue un producto viral allá por su bajo precio y fórmula con 38 % de cacao, 13 % más del 25 % de cacao que exige la legislación brasileña para considerar como chocolate a una golosina. Este barquillo de wafer, bien bañado en chocolate y relleno de crema, viene en distintas presentaciones. Mis favoritas son las de avellanas, chocolate oscuro y chocolate clásico, pero también hay sabor pie de limón y fresa. Esas no he probado porque no soy loco. Igual, a quien sea que se le ocurrió importar este chocolate, muchas gracias.
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Navego para que tú no tengas que hacerlo
En un manifiesto en el 2013, Kyle Drake, fundador de Neocities, decía que “cuando Yahoo cerró GeoCities, hicieron más que borrar un montón de GIFs odiosos de bebitos bailando”, sino que “eliminaron la posibilidad de que las personas (tanto viejas como nuevas en la web) pudieran crear páginas, y estar en total control de su contenido y presentación”. En la búsqueda de llenar ese vacío, Neocities ha encontrado una comunidad dedicada a crear experiencias en HTML que mantengan el espíritu de las viejas páginas de GeoCities, pero que también exploren nuevas herramientas. Aquí dos páginas en esa línea: un diario inspirado en la estética del videojuego Persona 3 y una página personal más intrigante que cualquier perfil de LinkedIn.
Acabó el Festival de Cine de Lima de la PUCP y es buen momento para recordar que no es el único festival, ni el único momento del año en el que puedes ver películas que no lleguen a las carteleras comerciales. Hoy te recomiendo revisar la cartelera de Ventana Indiscreta, el cine de la Universidad de Lima (full disclosure: mi alma mater y donde trabajé por muchos años), que presenta presenta ciclos de cine gratuitos todas las semanas. Y también date una vuelta por Tierra Baldía, que inauguró hace poco un cineclub curado por Carmen Rojas Gamarra, directora de Compartespacios, pela que recomendé en un boletín pasado. Este martes 27 de agosto a las 8:00 p.m. proyectan Mampara (2020), cortometraje documental de Alberto Flores Vilca, y a continuación Hogar (2022), documental de Jano Burmester, quien estará presente para un conversatorio. También es gratis.
Este es disimuladamente un newsletter dedicado a la banda emo estadounidense American Football. Lo último: la casita emblema de la portada de su debut, ubicada en Urbana, Illinois, es ahora un Airbnb. Así informó Brooklyn Vegan, con lindas fotos de los interiores.
Playlist
A propósito de mi visita al karaoke, les comparto mi repertorio del fin de semana, acompañado de algunas elecciones de otras personas que me parecieron notables.
Que te sirva de inspiración para la próxima vez que te sientas Bill Murray en Perdidos en Tokio.
🎵Escuchas la playlist aquí.
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Recuerdos inolvidables que siempre perduraran!
Muchos de los recuerdos de mi Facebook harán bien en quedarse en el olvido (?).